lunes, 21 de febrero de 2011

Máquina de aplausos


Esta ciudad se ha ganado su fama con hechos (como quedó claro en el post anterior), pero no todo es tan malo. Mayami sí posee una oferta cultural variada, llamativa y hasta envidiable, algunas veces.
El que quiera disfrutarla necesitará, eso sí: tiempo, dinero (bastante) y ganas.

El domingo 20 de febrero al mediodía, con el sol naranja y el cielo azul brillante, visité el impresionante edificio del Adrienne Arsht Center para ver el show del Alvin Ailey American Dance Theater. En la silla de al lado, un viejito estadounidense que pasaba los 80 años sostenía un bastón con ambas manos. 
Después de sonreír, me miró y me dijo:

-"I'm going to ask you a favor. Could you be my applause machine?"

Yo, derretida, no pude negarme al pedido. Así que durante dos horas me dejé conmover por danza moderna y sentida, y por bailes creativos repletos de la energía negra que tanto me gusta. 
Aplaudí por mí y por mi vecino encantado, que cada vez que me sentía detener el golpeteo de manos, volteaba a pedir más: "Keep it up, keep it up"

Esta es la Mayami que me invento. Y no, no está nada mal.

No hay comentarios:

Publicar un comentario