Universidad de Miami – 6:00 pm.
Como en el estacionamiento de visitantes no hay puesto, le hago señas al vigilante. Él me pregunta si soy estudiante, y –aunque no es cierto, sólo curioseo– yo asiento. Minutos después, sonrisita por medio, mi carro reposa dentro del campus.
Al salir del evento, lo vuelvo a ver. Esta vez me fijo en el carnet que tiene prendado en el bolsillo izquierdo de su camisa: EMETERIO, leo. En azul y mayúsculas.
–¿Qué estás estudiando? - pregunta en perfecto cubano.
–Periodismo - le miento.
–Oye, anota mi correo electrónico, por favor. De pronto algún día necesitas mis servicios. Además de vigilante, soy corrector de estilo.
Contengo la risa y pienso dos buenos amigos.
Por lo que creo recordar, @vriquelme sueña con tener una carnicería que también sea librería. A @sinaralvarado, en cambio, le encantaría tener una licorería que a su vez sea farmacia.
Avísenme entonces cuando monten sus negocios, ¿vale? Yo hablo con Emeterio pa' que se los cuide.
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